El cambio de colegio suele incidir sobre el rendimiento escolar del alumno.
Todos los blogs y redes sociales nos bombardean estos días con “la vuelta al cole”, hasta la famosa cadena de hipermercados nos ha grabado a fuego esa frase tan repetida durante estas fechas. Para no ofreceros más de lo mismo hemos pensado hablaros un poco sobre la adaptación de los niños que cambian de colegio y son nuevos en el aula.
En estos tiempos que nos ha tocado vivir esto es bastante normal, ya que muy a menudo los padres deben modificar su lugar de residencia debido a un cambio de puesto de trabajo, cambio de domicilio, una reubicación en la empresa, etc…
El cambio de colegio suele incidir sobre el rendimiento escolar del alumno . Generalmente, si el cambio es por razones educacionales (por ejemplo, para buscar una mayor calidad o un centro que se adecue más al estilo de aprendizaje del niño), el rendimiento suele mejorar, mientras que los cambios por razones no educacionales (por ejemplo, por divorcio o imperativos laborales) pueden tener un impacto negativo en los logros de aprendizaje, en la conducta del alumno o en sus relaciones sociales, sobre todo si el niño presenta una actitud de rechazo a dicho cambio o no está preparado para ello. Aunque si el cambio se prepara de forma adecuada y se eliminan sus temores, puede vivirse como una experiencia enriquecedora.
Para que la decisión de cambiar de colegio sea más llevadera para el niño se le puede explicar las razones y ventajas de la decisión tomada , informarle de todos los detalles que conozcamos de su nuevo colegio para que se vaya familiarizando con él. Pero aun así, es normal que se pueda sentir mal. No hay que ignorar sus temores, enfados o tristezas, porque, lógicamente, el cambio le afecta. De esta forma, una situación difícil puede llegar a convertirse en una experiencia constructiva.
Se debe conocer al menor en profundidad y exigirle según sus posibilidades y, del mismo modo, recompensarlo de acuerdo con sus logros personales, ofreciéndole algo que él valore realmente en función de sus actitudes. No se puede pretender que todos los alumnos tengan notas altas, ni que se adapten con la misma facilidad al método de aprendizaje.
Premiar su buen desenvolvimiento escolar, su esfuerzo, sus avances cotidianos y la superación de las dificultades es una manera de fomentar las conductas deseables y de ayudarle a confiar en sus capacidades, a sentirse seguro de sí mismo y a gusto con el entorno, lo cual redundará en un buen rendimiento escolar.
Otra manera de fomentar la integración del nuevo alumno es trabajar la participación en las aulas, esta participación ayudará a la integración del nuevo alumno en las dinámicas de los grupos ya establecidos en el aula.
Realmente no hay mucha documentación al respecto de este tema, lo cual nos sorprendió, ya que ser “el niño nuevo en la escuela” es algo que viene sucediendo desde siempre.